La arquitectura religiosa de esta localidad está magníficamente representada por su iglesia parroquial colegiata del Santísimo Sacramento. Fue construida en el siglo XVI bajo la advocación del Copus Christi para perpetuar el culto al cuerpo de Cristo de manera digna. La iglesia presenta tres naves y un ábside de estilo gótico plateresco, hasta ella se trajeron elementos de la mismísima Medina Azahara cordobesa. Al visitante le sorprenderá el color de su piedra, sus arbotantes, sus gárgolas y su bella portada renacentista-plateresca, concebida como una portada retablo dedicada a la exaltación del cuerpo de Cristo. Dentro se conserva el órgano más antiguo de toda Castilla la Mancha, de 1703, situado en su grandioso coro central. También cuenta con un bello retablo en el altar mayor de madera policromada y estilo plateresco y capillas como la de San Gil, declarada Bien de Interés Cultural.
De su arquitectura civil debemos visitar el Palacio de Pedro I, que luego fue el Convento de las Concepcionistas Franciscanas. Construido frente a una de las puertas que daban acceso al pueblo fue utilizado como vivienda por Pedro I de Castilla que lo engalanó con elementos mudéjares. En el siglo XV Don Gutierre de Cárdenas, señor de Torrijos lo rehabilitó para convertirlo en la residencia de su hijo, que no llegó a disfrutar de él debido a su temprana muerte. Esto hizo que su madre lo convirtiera en convento de las Concepcionistas. De esta época conserva algunos frescos, un bello artesonado mudéjar y el cuerpo incorrupto de Teresa Enríquez, la llamada “Loca del Sacramento” y principal impulsora de la colegiata anteriormente mencionada. Por último, el antiguo Hospital de la Santísima Trinidad del siglo XV, construido sobre los restos de una sinagoga, conserva hoy en día su bella portada renacentista con las arquerías cegadas y la capilla del Santísimo Cristo de la Sangre.
