Iniciábamos nuestro primer día en Fisterra y, como no podía ser de otra forma, nuestra primera visita fue el famoso Faro de Finisterre, la más importante guía para los marineros que llegan a la escarpada costa gallega. Verle tan de cerca nos imponía respeto, no todos los días se está ante el faro de primer orden más importante de toda Europa.
Después de la reflexión tocaba deshacer el camino para bajar nuevamente al pueblo pesquero para dar un paseito por su puerto.
Finisterre tiene distintas construcciones de gran riqueza histórica y que se encuentran en muy buen estado de conservación, como la Iglesia Parroquial de Santa María Das Areas, del siglo XII, que se encuentra en la carretera del acceso al faro.
Calles, Cementerio, sus bares, su gente, todo un primor...