Lugar de nacimiento de Núñez de Balboa y con los mejores ejemplos de arquitectura barroca de Badajoz, Jerez de los Caballeros es uno de los últimos municipios antes de cruzar a Portugal. Además de su extenso patrimonio histórico, hay mucho que ver en Jerez de los Caballeros y en su entorno natural, donde engordan los cerdos ibéricos de los que se sacan algunos de los mejores embutidos de Extremadura.
Por Jerez de los Caballeros pasaron fenicios, romanos y árabes, pero fueron los caballeros templarios los que apoyaron la reconquista y se establecieron aquí, donde mejoraron la alcazaba y la convirtieron en una fortaleza templaria. Hoy en día, el castillo de Jerez de los Caballeros se puede visitar para conocer sus estancias, sus vistas y sus torres, especialmente la leyenda que hay tras la Torre Sangrienta de la muralla. Precisamente de la antigua muralla quedan muchos restos y dos de las seis puertas entre las que destacan la puerta de Burgos.
Pero las torres del castillo no son las únicas. Las Torres de Jerez de los Caballeros llaman la atención entre los edificios bajos del pueblo y forman parte de cuatro interesantes iglesias. La primera es la iglesia de San Bartolomé con su colorido azul y blanco, la siguiente es la iglesia arciprestal de San Miguel Arcángel de estética barroca, la tercera es la iglesia de Santa María de la Encarnación con la torre más sencilla y con mejores vistas del castillo y, por último, la iglesia de Santa Catalina con un bello interior.
Otras cosas que ver en Jerez de los Caballeros son la plaza Núñez de Balboa y su casa museo, sus casas y palacios y el mirador a las afueras del pueblo.
Como ya adelantábamos, la crianza del cerdo ibérico es una de las actividades del pueblo y, por tanto, una de las claves en la gastronomía de Jerez de los Caballeros. No hay que irse sin visitar el Salón del Jamón Ibérico de Jerez de los Caballeros en primavera y probar este manjar y otros como el bollo turco.
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